domingo, 14 de septiembre de 2014

¨LA RANA¨ DE VILLENA

Aunque sin datos que lo confirmen, sigo convencido de que ¨La Rana" fue 
obra de mi abuelo Silverio Bravo.

"LA RANA" UN SÍMBOLO MUY QUERIDO

Restauración de la Rana del Santuario de Las Virtudes
Por José Luís Sáez Iñiguez.

Durante el mes de Julio del pasado 2009, la brigada de obras y servicios del Ayuntamiento de Villena procedió a realizar trabajos de reparación, sellado e impermeabilización del estanque circular que alberga la figura de “la Rana”, sobre rocalla, en la explanada del Santuario de Nuestra Señora de Las Virtudes. Ante la necesidad de levantar la rocalla para actuar sobre toda la superficie del estanque y coincidiendo con la reciente contratación temporal de Mª Virtudes Rosillo García y José Luís Sáez Iñiguez, como técnicos restauradores en el Museo Arqueológico Municipal “José María Soler”, la Dirección del Museo decidió trasladar la figura al taller para su Restauración. La intervención comenzó el 27 de Julio y concluyó el 27 de Agosto con la instalación de la fuente sobre una rocalla nueva y su puesta en funcionamiento.
LA OBRA
Se trata de un surtidor ornamental para fuente esculpido en bloque de piedra caliza blanca de procedencia local y sus medidas son 73 cm. de altura y 50 cm. de diámetro máximo en la base. Con excelente calidad artística, la escultura representa la figura de una rana común sentada sobre formaciones de coral, con la cabeza erguida, las extremidades superiores sobre una caracola del género Cymatium, y a ambos lados de esta, completan la decoración sendas flores del género Lilium. En el centro de la boca se encuentra el orificio para el caño por el que sale el único chorro de agua. Este orificio recorre el interior de la escultura hasta su parte inferior para contener el conducto de agua. Sobre la superficie pétrea se conserva, en parte, un fino revestimiento a base de almagre (arcilla de color rojo) aplicado probablemente en origen, como protección impermeabilizante. Ejemplos de este tipo de impermeabilización son apreciables en otras fuentes ornamentales de la ciudad, como en la fuente de vasos del Jardín de los Salesianos o en el Monumento a Ruperto Chapi, en el Paseo.
Se puede incluir esta escultura dentro de un estilo naturalista de tradición modernista, corriente de notable influencia a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, de la que se conservan escasos ejemplos en nuestra ciudad. Aunque no sabemos cuales fueron realmente las intenciones en la concepción de la obra, o si las hubo, a parte de la meramente ornamental, no deja de ser curioso que este periodo se corresponde con la transición de un uso sostenible de los abundantes recursos hídricos del término, hacia una sobreexplotación interesada que ha ido haciendo desaparecer las aguas corrientes o estancadas superficialmente y en consecuencia, los hábitats naturales que mantenían esta agua, degenerándose hasta prácticamente desaparecer. Tratándose de un anfibio, tan extendido entonces por acequias, estanques y fuentes, hoy desaparecidas o en desuso, podríamos pensar que estamos ante un monumento al que fue nuestro medio natural, un símbolo de la fertilidad de la tierra fecundada por el agua. Lo cierto es que “La Rana” ha despertado siempre el cariño y la admiración de los villenenses, especialmente entre los más jóvenes.
Sobre su cronología, podemos aportar el testimonio de D. Francisco Arenas Ferriz que amablemente nos informó que el monumento se instaló siendo Alcalde su abuelo, D. Alfonso Arenas Marín. Por otro lado, en las actas municipales de 12 de Mayo de 1916, se lee: “El Señor Alcalde manifiesta que, reuniendo el parterre condiciones para poder colocar una fuente con su estanque correspondiente, hermoseando de este modo aquel lugar, solicita la autorización del Ayuntamiento, acordando la corporación conceder la dicha autorización para que se lleven a efecto las obras necesarias”. Si a esto sumamos que el primer periodo como alcalde de D. Francisco Arenas Marín concluyó el 3 de Julio de 1917, admitiremos por ahora que la obra se realizó entre estas dos fechas, inclinándonos a datarla en 1916.
Desconocemos por el momento la autoría de la obra, pero apuntamos que es probable que se deba a un autor local y que el dato se encuentre en los pagos realizados por el ayuntamiento entre las dos fechas mencionadas, contabilizados también en los libros de Actas Municipales de aquella época, que no hemos llegado a consultar exhaustivamente.
Gracias a las fotografías existentes sabemos que el estanque estaba situado originalmente en la zona central del parterre, cerca de donde hoy se encuentra el monumento al compositor, y creemos que se le llamaba “Florieta” como reza en una de las fotografías, o quizás “Glorieta”, por ser circular. También se observa en esta fotografía que la barandilla es idéntica a la que se conserva en la actualidad. En 1947 se construye el Monumento a Ruperto Chapí, obra de D. Antonio Navarro Santafé, esto supone por un lado el traslado de la Cruz de los Caídos a la Plaza de las Malvas y también el cambio de ubicación del estanque de “La Rana” que es trasladada al Santuario de Nuestra Señora de la Virtudes en 1948, a la explanada recién construida dentro de las obras de mejora del santuario con motivo del XXV aniversario de la coronación de la Patrona de la ciudad.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Antes de la intervención, la escultura se encontraba totalmente recubierta por revestimientos y morteros de diversa naturaleza y aspecto (cal, yeso, cemento y poliéster), resultando extremadamente complicado determinar en primera instancia el tipo de material subyacente o la separación entre la figura y la rocalla. Estos materiales se han ido añadiendo a lo largo del tiempo para en principio, ocultar la suciedad y renovar el elemento, pero en la práctica, fueron aplicados de manera cada vez más abundante e indiscriminada, llegando a la completa ocultación de huecos y superficies en toda la escultura y especialmente en la base, labrada con formaciones de coral. A su vez estos materiales, sobre todo el yeso, en contacto con el agua han ido formando costras y eflorescencias de considerable volumen, que favorecen la acumulación de sólidos y la proliferación de actividad biológica. Es destacable la gruesa capa de resina de poliéster de gran dureza y aspecto pulido, localizada sobre todo en la mitad superior del elemento, concretamente en la rana, la caracola y los lirios. Todas estas actuaciones puntuales de dudoso criterio y la falta de mantenimiento por parte de personal especializado, han ido ocultando progresivamente las formas originales y en definitiva, proporcionando un aspecto cada vez más extraño y confuso al elemento, alejado de su concepción original.
Por otro lado, en nuestra primera visita al estanque, antes del traslado de la obra al taller, la pieza carecía de caño, asomando el tubo plástico de conducción del agua y evidenciándose restos de mortero rápido para sujeción del mismo de manera bastante tosca.

Bajo todas estas capas añadidas encontramos restos de una película rojiza de efecto impermeabilizante aplicada directamente sobre el soporte que hemos considerado como una protección original a base de almagre. Esta consideración obedece a la suciedad ambiental y a las finas costras calcáreas que presentaba dicha capa y que denotan su permanencia a la intemperie de forma prolongada. En líneas generales la figura presenta un aceptable estado de conservación, sin pérdidas de entidad, conservando incluso marcas de labra original mediante gradina. La mayor degradación de la superficie pétrea se observaba en las extremidades inferiores, con fuerte erosión, descohesión, fisuras y fracturas, favorecidas por la fuerte retracción de la resina de poliéster. La zona de la cabeza en torno a la boca presenta también una fuerte degradación debido a la erosión del propio chorro de agua, colocado en posición vertical, que vertía el agua sobre la misma escultura continuamente. En toda la superficie pétrea encontramos pequeños faltantes y diversos grados de erosión, así como presencia de actividad biológica, más abundante en las superficies más porosas. La base labrada con formaciones de coral es la zona que presenta más huecos y por tanto la que ha quedado más ilegible bajo las capas añadidas. Debido a la urgencia en colocar la figura antes del día 30 de Agosto, en el cual tiene lugar la romería en la que se trae a Villena la Imagen de la Virgen para las fiestas de Septiembre, fue imposible eliminar la totalidad de capas añadidas y recuperar toda la superficie original, así como completar la correcta desinfección y consolidación del soporte pétreo, quedando pendiente para futuras intervenciones. Aún así, y gracias al empeño de los técnicos, se consiguió recuperar de forma notable el aspecto original de la escultura.
Es destacable el relativo buen estado de conservación de la figura, debajo de todas estas capas añadidas, lo cual pone de manifiesto el escaso criterio técnico de las sucesivas operaciones de renovación que ha sufrido el elemento a lo largo de su historia, dando como resultado el terrible aspecto de la figura antes de la reciente intervención. Los tratamientos realizados para "limpiar" la escultura que en principio eran suciedad acumulada y finas costras calcáreas, provocaron con el tiempo males mayores que los que se pretendían ocultar. Este hecho pone de manifiesto la necesidad de poner en manos de profesionales de la Conservación y Restauración, cualquier intervención a realizar en nuestros bienes culturales, si es que queremos conservarlos dignamente.
DESCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN
El primer paso de la intervención tras la pertinente documentación fotográfica, fue la realización de catas para eliminar puntualmente las capas añadidas y conocer los distintos materiales, originales y añadidos. Del mismo modo se realizaron pruebas con las distintas herramientas disponibles en el taller del museo (espátula de ultrasonidos, microtorno, vibroincisor, microproyección, decapador de aire caliente y diversas herramientas manuales). Una vez conocida la naturaleza de los distintos materiales, la técnica a utilizar en cada caso para su eliminación selectiva, y con la premisa de respetar, en la medida de lo posible, la capa de almagre considerada como original, el proceso fue el siguiente:
- Eliminación inicial de capas añadidas por procedimientos manuales como cinceles de distintos tamaños. Esta técnica se ha utilizó en los casos que era altamente improbable dañar la obra original.
- Eliminación de resina de poliéster mediante decapador de aire caliente. Este proceso tuvo un resultado desigual pues solo permitió la eliminación parcial de las capas más superficiales, no pudiéndose atacar las más próximas a la superficie original pues la retracción producida por el calor fragmentaba las superficies mas descohesionadas.
- Eliminación gradual y selectiva de capas de revestimientos añadidos mediante microtorno con fresas abrasivas de esmeril. Esta fué la técnica más extendida durante la intervención, resultando un proceso lento y delicado, con el criterio constante de respetar al máximo la superficie original. Durante este proceso, los restos de almagre resultaron muy útiles como indicador de la proximidad del soporte pétreo, reduciéndose al máximo su erosión. Como se ha comentado, no se completó la eliminación de añadidos y costras en las zonas menos accesibles por cuestiones de tiempo, quedando pendiente completar la restauración. De este modo, el aspecto de la obra tras los diferentes procesos de limpieza resultó muy heterogéneo, con zonas que conservaban la protección almagre original, zonas con la piedra vista y zonas con restos de revestimientos de cal, yeso o resinas.
- Desinfección mediante aplicaciones sucesivas de disolución de sales cuaternarias de amonio y posterior neutralización y cepillado suave. Por último se impregnó toda la superficie como tratamiento preventivo.
- Perforación en la base con objeto asegurar el elemento en la rocalla mediante un anclaje de acero colocado en la misma, al que se acopla la escultura, evitando así la aplicación de adhesivos irreversibles (epoxi). De este modo la pieza puede ser retirada fácilmente de la rocalla por medio de una grúa o pluma, mediante elevación, quedando completamente estable ante movimientos laterales.
- Consolidación y reintegración volumétrica de pequeños faltantes mediante estuco de escayola reforzada con resina acrílica, entonada al soporte pétreo. Los faltantes de cierta entidad (dedos, extremidades inferiores) se rellenaron previamente con mortero pétreo de restauración igualmente entonado.
- Fijación de nuevo caño de dimensiones reducidas mediante resina de poliéster y acabado con escayola acrílica. La orientación del chorro se ha modificado para evitar la continua escorrentía sobre el elemento y reducir por tanto los efectos erosivos y el aporte constante de humedad.
- Aplicación a pincel de revestimiento al silicato de tono y características similares al almagre original, para homogeneizar el acabado superficial de la pieza tras los distintos tratamientos efectuados. Posteriormente se eliminó el revestimiento sobrante, frotando con algodón, quedando diferentes grados de coloración, que reducen el impacto visual de un revestimiento completamente homogéneo. Finalmente se aplicó una capa de cera microcristalina de tono ocre para matizar el tono rojizo y se procedió a bruñir ligeramente. De este modo se ha pretendido dar a la obra el aspecto más cercano a su concepción original, utilizando a su vez materiales estables y que a su vez, es posible eliminar en el futuro sin excesivas complicaciones (aire caliente y microproyección).
- Colocación del elemento sobre la rocalla reconstruida en el mismo estanque, con una barra de acero de 20 mm de espesor y 20 cm de longitud visible fijado en la base para recibir la escultura. Relleno de la junta entre el elemento y la rocalla con mortero de cemento blanco, y posterior matización cromática.
CONSERVACIÓNPor último, para una óptima conservación de la escultura se recomienda seguir una serie de medidas preventivas:
- Controlar el funcionamiento del circuito de agua y restringirlo a ciertas horas del día. Reducir al máximo su funcionamiento durante los meses más fríos y especialmente en días de temperaturas bajo cero.
- Revisión y limpieza anual por parte de personal especializado y supervisión de cualquier mantenimiento. De este modo se evitarán afecciones innecesarias o intervenciones costosas en el futuro.
- Controlar la proliferación de actividad biológica en la escultura y la rocalla. Por otro lado y a modo de propuesta, se puede ajardinar el estanque con plantas acuáticas (nenúfares, lirios de agua, etc.).

Antes de la restauración...

Mª Virtudes Rosillo y José Luís Sáez
Los restauradores flanqueados por Diego Navarro Pérez "El Pilili" y Avelino Richart Forte, operarios municipales artífices del acondicionamiento del estanque y la nueva rocalla.

"LA RANA"
BIBLIOGRAFÍA
- Archivo Municipal de Villena, Actas Municipales 1917.
- Puche Acién, José. Alfonso Arenas Marín (A. Mira Renans), Revista Villena, 1995.
- López Hurtado, César. La Huelga Revolucionaria de 1917 en Villena, Revista Villena, 1996.

Villena Cuéntame agradece a José Luís Sáez esta colaboración sobre un símbolo Villenero al que todos sin darnos cuenta le tenemos mucho cariño. Agradecimientos a... Mª Virtudes Rosillo García, Museo Arqueológico y M.I. Ayuntamiento de Villena. http://www.museovillena.com/


COMENTARIOS :

Blogger Juan Vives Bravo dijo...
Ya en una ocasión anterior dije que, segun los comentarios que escuché en mi juventud, la RANA fue esculpida por Silverio Bravo Gracia, hermano del conocido Maestro Bravo, en su taller de la calle San Sebastian. Precisamente el mismo taller en el que se esculpió el actual monumento a Chapí. Lamento no disponer de ningun documento que pruebe la paternidad de esta obra de mi abuelo.
18/2/10 0:40
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Anónimo José Luis Sáez  dijo...
Juan, para mi ya es suficiente tu testimonio y me alegro mucho de que se confirmen mis sospechas y que la rana sea obra de un artista local Seguiremos indagando en el archivo para intentar dejar constancia clara del autor y que pronto se coloque un panel explicativo junto al estanque.
Un abrazo,
José Luis Sáez.
18/2/10 10:44
 
 
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