miércoles, 25 de noviembre de 2009

PAQUITO CHOCOLATERO. ORIGINAL





PORTADA DE LA PARTITURA ORIGINAL DE "PAQUITO EL CHOCOLATERO"Gustavo Pascual Falcó, un autor universal
Aunque Paquito El Chocolatero es la composición que ha dado fama en todo el mundo a su autor, convertida en “estandarte y bandera de las fiestas de Moros y Cristianos, y la principal embajadora mundial de nuestras fiestas”, como apuntó el presidente de la UNDEF, Francisco López, son muchas otras la partituras firmadas por Gustavo Pascual Falcó. Obras que, sin embargo, permanecen todavía ocultas para la mayoría de los aficionados “Gustavo Pascual no es sólo Paquito El Chocolatero. Nos encontramos, de hecho, ante un compositor insigne de nuestra Comunidad, innovador y de gran calidad. Quedan muchas obras suyas por descubrir. FINALIZA 2009. AÑO DEL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE GUSTAVO PASCUAL FALCO.

ESTE ES "PAQUITO EL CHOCOLATERO". (fotografia que encabeza la página) Francisco Pérez Molina es hermano de Consuelo la esposa de Gustavo Pascual Falcó. Debido al oficio de sus padres, que vendían chocolate junto a otras especies, eran conocidos con el sobrenombre de Chocolateros. Francisco, era conocido en el pueblo como Paquito El Chocolatero.
Nació en Cocentaina en 1905. Paquito tiene una vocación: las fiestas de moros y cristianos. Son junto a la música, su vida. De ahí que Paquito y Gustavo fraguasen esa amistada que les inmortalizaría a los dos. Son las dos caras de una misma moneda: en una el músico, en la otra el festero.
En el verano de 1937 Gustavo veranea junto a la familia de su mujer en una casita a los pies de la sierra Mariola. Una tarde, Gustavo le enseña a su cuñado Paquito tres composiciones musicales. Le pide que elija una de entre las tres para que lleve su nombre. Paquito las escucha con atención y sin dudarlo elige un pasodoble, alegre y dianero, que rima bien con su carácter festero. Este pasodoble, es el que hoy conocemos como “PAQUITO EL CHOCOLATERO”. Gustavo, gran observador, supo captar la personalidad de su cuñado y amigo.
El pasodoble guarda en su interior la sensibilidad festera, la alegría de ese mundo fantástico en el que año tras año nos sumergimos.


ESCUCHAR "PAQUITO EL CHOCOLATERO" Por la Banda Municipal de Villena.
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NUEVO ENLACE DE "PAQUITO EL CHOCOLATERO"

http://www.paquitoelchocolatero.com/index.html

VER PROGRAMA DE RTVE-2 DEL 17 DE NOV. 2012 DEDICADO A "PAQUITO EL CHOCOLATERO"

http://www.rtve.es/alacarta/videos/la-mitad-invisible/mitad-invisible-paquito-chocolatero/1582285/

SALVADOR AMOROS DUPUY, OTRO VILLENENSE QUE NOS DEJA

El pasado 17 de Noviembre fallecía en Madrid Salvador Amorós Dupuy, Periodista,Licenciado en Derecho .Desempeñó un importante cargo en el Ministerio de Información y Turismo en los años 60. Era Intérprete Jurado y entusiasta amante de su tierra. Compartí con Salvador gratos momentos, como su etapa en el Servicio internacional de noticias de la Agencia Efe, en reuniones en la Casa de Valencia en Madrid (Su hija Chantal fué "Bellea del Foc" de Madrid) y en cuantas celebraciones tenian relación con Alicante y Valencia. Uno de sus proyectos, durante su etapa en el Ministerio, era el de la transformación del Castillo de Villena en un Parador Turístico. Tambien me comentaba su idea de construir una urbanización residencial en la Sierra de Salinas.
Salvador era hijo de D. Cristobal Amorós Cerdan (alcalde de Villena en 1929) y Dña. Carmen Dupuy. Sobrino de D. Antonio y D. Salvador Amorós y hermano de León y Maribel . Descanse en paz este paisano y amigo.

Reproduzco este fragmento del relato del escultor villenense Navarro Santafé, en el que cuenta la historia del monumento del héroe villenense Teniente Hernández Menor y el papel desempeñado en 1955 por el padre de Salvador, D. Cristobal Amorós Cerdan:

"...Como en 17.1.1929 recibe el Ayuntamiento, con satisfacción que hace constar en Acta, la comunicación oficial de la concesión de la Laureada de San Fernando y cuando se le comunica al escultor ya está acabado el busto, este coloca la condecoración en lo alto del fuste. Se inauguró solemnemente, por nuevo acuerdo del sitio en sesión de la Permanente del 28.8.1930. Asistió en representación del Ejército, según comunicación al Ayuntamiento del Gobernador Militar, el Jefe del Regimiento de la Princesa de Alicante, también ilustre villenense, Coronel Don Eduardo Lobregad Estañ. Y en ella estuvo hasta que, se supone que forasteros vandálicos, lo destruyeron en los primeros días de la guerra civil. Pasaron más de 20 años y el destruido monumento de aquel Hijo Predilecto parecía olvidado, aunque se dice no fue así, sino causa de la pobreza del erario municipal. Y aunque se anhelaba y se comentaba con frecuencia la justa reposición, esta se iba demorando consolándose con su enmarcada fotografía en el Salón de Sesiones y su nombre a la antigua calle Mayor, conforme a los Acuerdos 2º, 3 y 6º del Pleno de 1925. Pero hay héroes que llaman a la puerta para servir y ganan, como se dice del Cid, batallas después de muertos. Porque... Durante una cacería en una finca de la Mancha, La Veguilla, a finales de 1955, propiedad entonces de un adinerado villenense, Salvador Amorós Cerdán, cuyas primeras tiradas anuales se hacían con asistencia del Jefe del Estado Generalísimo Franco, ocurrió que dos de los invitados asistían a la fiesta pero no iban a los puestos de caza y se quedaban charlando. Uno era el Capitán General Muñoz Grandes, que fue en Africa Comandante de la Harca a la que pertenecía el Teniente Hernández Menor y bajo sus órdenes estaba el día de su heroica muerte mandando él las fuerzas de la primera sección de desembarco y el otro, el hermano mayor del anfitrión, Cristóbal. Mientras paseaban charlando sobre diversos temas el General recordó a su joven e inolvidable amigo de Villena. De algún modo Amorós le dijo que el Monumento que se le había levantado en 1930 (él había sido Alcalde en 1929) y fue derribado en los primeros días de la guerra civil no se había repuesto. Muñoz Grandes le comentó la alta figura del Capitán Hernández Menor, su ardorosa vocación militar, la pena de su muerte aún siendo tan heroica y cómo, de no haber sucedido, hoy llevaría el fajín de general, como llevaban sus compañeros, todos del grupo de africanistas al que pertenecía Angel, de quien dijo se acordaba frecuentemente y de quien guardaba como uno de sus objetos queridos su reloj de pulsera, que él mismo le quitó caído de la muñeca y le regaló, como recuerdo, José, su hermano mayor. Y le dijo a Amorós: "Cuando vaya Vd. a Villena dígale al Alcalde que lo reponga y yo mismo iré a inaugurarlo." Transmitió - según él mismo me contó - este recado del Capitán General al Alcalde, en la primera ocasión que fue a Villena ya a principios de 1956, y lo era, muy recién nombrado, Luis García Cervera, que ilusionado en su quehacer municipal, éste que bien resultó ser un eficaz Alcalde de Villena, llevaba en su programa como primer anhelado importante proyecto el de AGUA Y ALCANTARILLADO a toda la Ciudad, vio en tal información un posible buen asidero para el logro de su buen servicio. Comunicó a su pleno Municipal tal circunstancia y todos interesados en la conveniencia de aprovecharla en bien de la Ciudad se acordó la inmediata restauración del monumento, y ver de traer a su inauguración al Capitán General. Rápido se dio el encargo al cantero F. Cerdán, que tenía en su taller los restos que pudo rescatar de su destrucción. En pocas semanas lo tuvo dispuesto. Entonces marchó el Alcalde a Madrid, acompañado de relevante Comisión, a visitar al Capitán General, e invitarle a su inauguración y que él mismo fijara la fecha que le fuera cómoda. Efectivamente los recibió muy amable el Capitán General Muñoz Grandes, pero les dijo que él no podía ir al pueblo de Hernández Menor solo a levantar su estatua. Se lo afearía él desde el Cielo. El haría por su pueblo en su memoria ayudarles en algo tan importante que tuvieran necesidad de hacer, como el mismo Hernández Menor lo hubiera hecho. "Así que, Alcalde, está muy bien esa reconstrucción del Monumento a tan heroico y glorioso hijo de Villena; inauguren su restauración con toda solemnidad ustedes, pero a mí venga a verme en nombre del Capitán Angel Hernández Menor cuando tenga el proyecto de una gran obra para Villena y la conseguiremos en memoria de nuestro querido héroe, sirviendo a Villena como a él le hubiera gustado servirla." El Alcalde y sus compañeros de Comisión, tan afectuosamente atendidos y en modo alguno desairados, se despidieron, diciéndole en sus últimas palabras el Alcalde: "Vendré pronto con ese importante proyecto, mi General." "Tráigalo cuanto antes, Alcalde, y juntos trabajaremos por él." El Alcalde regresó eufórico a Villena, lleno de esperanza. El día 8 de septiembre de aquel año 1956, en el XXXI aniversario de su gloriosa muerte, en el día de la Virgen, con nuevas generaciones de ciudadanos a su alrededor, se repuso solemnemente el monumento a HERNANDEZ MENOR por el Alcalde y autoridades locales en la misma inicial plazoleta del centro de la población, llamada de la Religiosa Agueda Hernández. Meses después le volvía a pedir audiencia el Alcalde al Capitán General. Le citó Muñoz Grandes, con la llaneza que le era proverbial, en su propio domicilio. Le explicó el Alcalde el proyecto de AGUAS Y ALCANTARILLADO a todas las casas de Villena. Muñoz Grandes lo vio importante y le dijo: "Esto sí, Alcalde, esto sí que vale hacer por mí como por su pueblo lo habría hecho Angel..." (De www.villenacuentame.com)

jueves, 5 de noviembre de 2009

SE NOS FUE MANOLO CANO


Otro amigo que se nos va. Conoci a Manolo en los años 6o, cuando apoderaba a su primo El Pireo y se hospedaba en el Hostal Soler de Villena. Mi primo Paco Bravo, apoderado de la plaza de Toros de Villena por aquel entonces, tenía con él una gran amistad, asi como su hijo Horacio y me comentaba que cada vez que pasaba por Villena visitaba la fabrica de calzado de Manuel Reig y se proveía de buenos zapatos. En 1990, ya en Madrid, al hacerse los hermanos Lozano con la empresa de Las Ventas, fué nombrado gerente de la Plaza. A los pocos dias me llamó Manolo Cano para que colaborara con él en asuntos de mi profesión. Mantuve esta relación hasta 2004 y durante estos catorce años pude comprobar su gran humanidad y sapiencia taurina, asi como su trato afable y generoso. Descanse en paz este buen hombre.

Manolo Cano, una vida en la trastienda de la fiesta
Fue apoderado de toreros como Curro Romero


El empresario y apoderado de toreros Manolo Cano Muñoz mantuvo su acento cordobés hasta su muerte, el 3 de noviembre, a los 76 años, a pesar de haber vivido por toda la geografía taurina desde su juventud. También esa manera de mirar con la cabeza girada. Tuvo que abandonar ese puro que dejaba ladeado en la boca, medio encendido y medio apagándose en su despacho de Las Ventas, el más oscuro y escondido de la plaza, también el de más difícil acceso.


Durante su época de gerente de la plaza, a cargo de los hermanos Lozano, todo pasó, durante 15 años, por sus manos: negociaciones, apoderamientos, contratación de ganaderías, de servicios menores y hasta acreditaciones de prensa. No dejaba nada al azar, y le importaban las colas que se hacía para tener audiencia con un hombre corto en palabras, pero consecuente con lo que acordaba. José Luis, Eduardo y Pablo Lozano confiaron en él todos los detalles de las ferias de San Isidro y Otoño en los años noventa y comienzos de este siglo. También trabajó con ellos en la gestión de la otra plaza madrileña, la de Vistalegre.

Nacido en Córdoba, su familia, sabedora de la vida para contar de este conocedor de la fiesta de los toros, insistió en que confiase en alguien para convertir en libro sus vivencias. Pero se le fue nublando la memoria sin tiempo para plasmar labores no siempre agradables. Cierto o no, siempre le perseguirá la leyenda de haberse vestido de Guardia Civil para arreglar una corrida cuando representaba a su primo Rubén Cano, El Pireo. Hizo al comienzo de su carrera como apoderado, en los tempranos años sesenta.

Mantuvo la costumbre, hoy en desuso, de sellar acuerdos con un apretón de manos, sin papeles, abogados o fechas de caducidad en lo acordado. Gestionó las carreras de Juan Carlos Beca Belmonte, Agustín Parra, Parrita, y figuras de la talla de Curro Romero o Rafael de Paula, dos consumados artistas.

En los últimos años encauzó el rumbo de Óscar Higares, Miguel Rodríguez y Manuel Caballero. En calidad de empresario organizó las ferias de Toledo, San Martín de Valdeiglesias, Pozoblanco, Úbeda, Baeza o Cabra.

El último torero con capacidad para ilusionarle hasta el punto de decidirse a apoderarlo fue el colombiano Luis Bolívar, cuando vino a formarse a la Escuela de Tauromaquia de Madrid. No le pudo acompañar en los viajes, pero sí le buscó contratos en sus inicios de becerrista sin caballos, que hacían presagiar una capacidad más que probada en la actualidad.

Poco amigo de la multitud, veía las corridas desde la oficina. En cualquier lugar de Europa y América, allí donde hubiese toros que organizar había estado este corpulento y serio taurino, profesional como pocos. (ROSA JIMÉNEZ CANO)

"Con su muerte, el mundo del toro pierde un gran hombre, uno de sus máximos exponentes, una persona de época que formó parte de una feliz y gloriosa etapa del toro y de España.

Su huella imborrable, por su ingenio, caballerosidad, y sentido ejemplar de amistad, dejará huella indeleble en el alma de los que le conocimos."(Juan Lamarca)

miércoles, 4 de noviembre de 2009

EL CASO Y EUGENIO SUAREZ

Portada de uno de los números de EL CASO


Mi querido y admirado amigo Eugenio Suárez, maestro del periodismo, a quien tuve de colaborador y contertulio en la radio, hasta el 2002, escribió en el diario EL PAIS de aquel año este artículo sobre el mítico semanario de sucesos que él creó hace 57 años. Por Antonio D. Olano, sé que se encuentra en su Asturias natal, disfrutando de un merecido retiro. Saludos, Eugenio.

"El Caso"

EUGENIO SUÁREZ "El País" 13/05/2002

En este país nuestro, tan aficionado a las efemérides, me permito festejar un aniversario que quizá resulte curioso y nostálgico para algunos lectores. La celebración, para ser más preciso, corresponde al 11 de este mes de mayo. Hace medio siglo, tal día como ése del año 1952 salía a la calle el primer número del semanario El Caso, que enseguida se hizo muy popular. Por aquel entonces yo era redactor del diario Madrid y una buena mañana el subdirector, don Pedro Pujol, que tomaba asiento en el extremo de una enorme mesa de Redacción, recibió personalmente la llamada telefónica de un lector, informando de que acababa de cometerse un crimen en un lugar de la ciudad. Noticia curiosa, porque no es que se matara poco, lo que era cierto, sino que a los periódicos les estaban prohibidos otros sucesos que los contenidos en la nota informativa facilitada por la Dirección General de Seguridad. Ya saben los enterados: una señora que se rompe el fémur al resbalar, la caída de una cornisa o el frecuente timo de la estampita cerca de la estación de Atocha. La censura obedecía las instrucciones de impedir novedades de otro género: en Madrid y en la nación entera no ocurría nada.

En aquel exitoso diario de la tarde nadie estaba a cargo de ese tipo de información. El mismo que pergeñaba las novedades municipales o reseñaba las novilladas en los pueblos de la provincia, recogía aquella nota. No obstante, por inercia profesional, don Pedro echó un vistazo por la enorme sala donde, en aquel momento, sólo estaba yo. 'Vaya usted a tal sitio. Parece que han asesinado a alguien. Ya sabe, ocho o diez líneas'. Así, con el crimen del Monchito, es como me inicié en aquel apasionante mundo. Tuve la suerte de que la indagación la llevase un gran policía -muerto hace poco-: Antonio Viqueira, quien me relataba, en jornadas sucesivas, algunos de los muchos asuntos penales en los que había tomado parte. La censura debía estar ocupada con otras cosas, porque permitió una gacetilla bastante amplia del evento y el cotidiano relato de lo que las vísperas me contaba el inspector. Un éxito.

Adentrándome en aquel ambiente fascinador pensé que merecía la pena publicar un periódico que se dedicara a esos temas. Como no aparecían connotaciones políticas subversivas, logré con facilidad la autorización para editar, con carácter semanal, un semanario que llevaba el título de mi sección en el Madrid, tomado a su vez de los relatos de Earle Stanley Gardner. Conseguí que unos jóvenes suizos, herederos de la representación de unos relojes, anticiparan el importe de un año de publicidad -poco más de treinta mil duros, ¡qué confianza y generosidad!- y con esos mimbres financieros mi entrañable amigo José María de Vega, los fotógrafos Manuel de Mora e Isidro Cortina, el que se reveló como estupendo cronista, Enrique Rubio, desde Barcelona, y poco más, nació El Caso.

A las cuatro semanas, un tranvía descarriló, estrellándose contra el puente de Toledo. Por azar obtuvo nuestro redactor gráfico un sensacional reportaje de aquella tragedia, que quedó inédito. El alcalde de Madrid, conocedor de que poseíamos tan extraordinario documento, consiguió que no se autorizase una línea. Pudo haber sido la inmediata consagración, pero había nacido con tanta fortuna que la tirada inicial de 19.000 ejemplares, al cabo de un trimestre, había superado los 100.000. Fue un cúmulo de circunstancias favorables, de expectación y el atractivo de difundir historias que avivaban la curiosidad del público.

Con los crímenes de Jarabo llegamos a los 300.000, y el llamado 'caso de la mano cortada' nos hizo rebasar los 400.000, cifra a la que nunca había llegado la prensa española. En esta breve y nostálgica conmemoración quisiera puntualizar algo que no se tiene en cuenta. Cuanto se refiere a El Caso, la gente lo asocia con una orgía tipográfica de sangre, y nada más alejado de la realidad. Desde muy pronto nos vimos obligados a incluir solamente un suceso que tratase de homicidio o asesinato. Ni uno más. Para sortear la intransigencia oficial, solicité y obtuve la censura eclesiástica, algo sorprendente. Entonces, de lo que más satisfecho está mi recuerdo es de haber mantenido, durante casi 40 años, el interés creciente de una publicación de 24 páginas sin el recurso al impacto estrepitoso del delito. Creo meritorio haber entretenido a miles de personas, todas las semanas, estrujándonos el magín para conservar su expectación. Dicen que el crimen no paga. Es muy cierto, ni siquiera a quien quiso vivir de contarlo. Soy poco menos pobre que las ratas. ¡50 años! Parece que fue anteayer.

martes, 3 de noviembre de 2009

"LA ACADEMIA" DE VILLENA



Lista de alumnos de 2º de Bachillerato del curso 52/53







"La historia de Villena, durante las décadas de los años 40, 50 y 60, se encuentra intimamente ligada a la historia de la "Academia", de tal modo que no puede concebirse una sin la otra. Durante esos años de especiales circunstancias políticas, sociales y educativas, la "Academía" asumió la responsabilidad de formar a la juventud villenense (De la contraportada del libro "De la Academia Joaquín Mª López a la de" Las Virtudes": una generación de villenenses", del desaparecido profesor y antiguo alumno Fernando Costa Vidal .2001)

"Un hermoso y entrañable libro que en el futuro ocupará un lugar de honor en nuestras bibliotecas y tambien en nuestros corazones. La historia de una institución y unos maestros que supieron infundir en sus alumnos civismo, espíritu de sacrificio, sana emulación, amor al trabajo y curiosidad intelectual..." (Del Prólogo del libro. De mi condiscípulo JUAN B. VILAR, Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Murcia.)

" ...Recuerdo una magnifica maqueta, en papel maché, que hicimos del Castillo de Villena, bajo la dirección de aquel maravilloso artísta y personaje singular y entrañable que fué Pepe Cortés. Escursiones a Salinas, Mariola, Santuario de Las Virtudes...todas están en mi recuerdo: los largos paseos en el recreo por el Paseo, frente al monumento a Chapí...Imborrable para mí aquel DIVINO IMPACIENTE de Pemán, que, bajo la dirección de D. JOSÉ CÁNOVAS, representamos un grupo de alumnos en el Teatro Chapí. El edificio de la Plaza de Las Malvas, cuando diseñé (con 15 años) el que pronto sería el escudo o emblema de La Academia. Pasan por mi retina las imagenes de aquellos profesores que, en momentos dificiles, se embarcaron en la maravillosa aventura de la enseñanza..." Juan Vives. (Fragmentos de mi colaboración en el libro)

En la imagen de la derecha reproduccion de una de las páginas del libro donde figura el escudo de la Academia que diseñé en 1956.

domingo, 1 de noviembre de 2009

DEDICATORIA DE DOS BUENOS AMIGOS Y PAISANOS


Dos buenos amigos, Ernesto Pardo y Santi Hernández, paisanos y enamorados de nuestra tierra me acaban de dar esta sorpresa al publicar en la web, que con tanto acierto y éxito ha creado Santi, un largo recorrido por mi vida profesional de más de 45 años. ¿Que más puedo decir ?. GRACIAS.

"Hoy presentamos a Juan Vives Bravo, natural de Villena, un villenero de profesión locutor, conocido en toda España a través de la Cadena Ser. Y al que conocí personalmente este verano de 2009 en los programas de "Villena Cuéntame" en la TV Intercomarcal. Había oido hablar de un tal Juan Vives de Villena que estaba en la radio, pero desconocía su curriculum y he descubierto que Juan Vives quizás sea uno de los villeneros mas populares de nuestro tiempo y al que en su ciudad natal no se le ha reconocido su valía. Desde "Villena Cuéntame" quiero dejar este artículo para que Juan Vives Bravo no sea olvidado y se le recuerde en Villena como una persona muy importante de las que llevan muy alto el nombre de su pueblo. Santi." (De www.villenacuentame.com )


"Que difícil resulta hablar de un amigo, sin caer en el tópico de la adulación o alabanza. Sin embargo yo me siento alagado de poder ser la mano conductora que le lleve a conocer al personaje. Un personaje con amplia trayectoria personal y artística, hijo de Villena del que hasta el día de hoy poco o nada se ha dicho o hecho a nivel local, quizá porque su andadura ante pantallas y microfonos tuvo lugar fuera de su ciudad natal concretamente en la capital de España, Madrid. Voy a hablarles de Juan Vives, fue su bautismo ante unos microfonos precisamente de mi mano en la EFJ Nº33 de la Cadena Azul de Radiodifusión instalada en Villena, y fue su bautismo junto al de otro buen amigo José Sánchez Cánovas.

Los estudios le llevaron a Madrid y allí no diré con facilidad, si no por el contrario, con gran esfuerzo, fue poco a poco abriendose camino en lo que más tarde sería su gran pasión , "la radio".

Juan Vives fué y es una afamado locutor de voz pastosa y profunda, susurrante y moldeada que con el tiempo ha adquido una pátina de maestria comunicadora, que hace que la palabra en su boca tenga cadencia sonora y rítmica, llegando al corazón de los oyentes. Prosa y verso adquieren en su voz el punto álgido llegando a conmover al que tiene la suerte de escucharlo.

A Juan Vives "Maestro de la Radio" Villena y los villeneros le debemos un acto de reconocimiento público, porque siempre allá donde fuere, llevó por bandera el nombre de su pueblo, Villena." ERNESTO PARDO PASTOR.

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http://www.villenacuentame.com/2009/11/2002-juan-vives-bravo-de-villena-el.html
 
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